Capitán Juan Francisco Meneses Cuadrado. Jefe de la Compañía de Defensa NBQ de la Bandera de Cuartel General. Brigada de la Legión “Rey Alfonso XIII”. Artículo publicado en el Libro de de Semana Santa 2021
Desde los albores del siglo XVII, la participación de las unidades militares en
desfiles procesionales ha sido una constante, con un fuerte arraigo en el
acervo popular. La Legión que tiene en el Cristo de la Buena Muerte a su
Sagrado Protector, se incorpora a esta tradición casi desde su fundación, en el año
1920.
Cumpliendo con la tradición y con la libre voluntad de los legionarios, la Brigada de
La Legión mantiene un vínculo con Alhama de Murcia. Concretamente, la Compañía
de Transmisiones de la Bandera de Cuartel General, procesiona el Viernes de Dolores
junto a la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores y de la Soledad, el Paso Negro.
Este vínculo, que se creó en 2005, se ha ido fortaleciendo a lo largo de estos años.
Los lazos se han estrechado gracias a dos factores principalmente: una devoción
común a la Virgen, y el extraordinario valor humano de los componentes de la Hermandad:
Miguel Angel, Sebastian, Inmaculada, Pedro, Juan, y muchos más, que
siempre nos han tratado con mucho afecto.
Este trato es igualmente extrapolable a la Corporación Municipal, y como no, al
pueblo de Alhama que, año tras año, nos demuestra su cariño durante la procesión.
Desgraciadamente el año pasado no fue posible procesionar. Además de las cancelaciones generales, la Unidad estuvo inmersa en una Operación Militar de desinfección de diversas infraestructuras y, principalmente, residencias de ancianos.
Aun en dicha situación, de alguna manera, pudimos vivir y sentir la Semana Santa de manera semejante a las anteriores.
El Viernes de Dolores de 2020, nos encontrábamos en Motril desinfectando una residencia de ancianos, una de tantas. Nuestra tradicional procesión, acompañando al Paso Negro, se transformó en una procesión de ayuda, en este caso a los que más lo necesitaban.
Durante esos días, aunque en circunstancias completamente distintas, sí que se sucedieron notables analogías dignas de reseñar, como el hecho de que durante la operación se vivieron situaciones emocionalmente encontradas, de duelo y de alegría; de alguna manera sentimientos similares a los que se viven en la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo; y la Virgen de los Dolores siempre presente en todos ellos.
La voluntariedad y la motivación para participar de los legionarios fueron constantes durante toda la operación. En este caso, no solo por obligación, de acuerdo a la condición militar, sino por una profunda voluntad de ayuda al prójimo y espíritu de implicación y servicio. Con el objetivo de aportar todo nuestro esfuerzo en la recuperación del estado de seguridad y libertades de las que goza nuestra sociedad.
Este año la situación parece similar, aunque con una mejor perspectiva. Aun así, viviremos de igual manera nuestra Semana Santa y procesionaremos allí donde nos demande la sociedad; y cuando Dios quiera, seguro que más pronto que tarde, junto a nuestra Virgen de los Dolores.