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El joven ensemble, procedente de Berlín, estrenó en La Santa de Totana un programa “mimado y hecho con mucho cariño” que demostró la prometedora trayectoria del grupo
• El director del Festival, Jorge Losana, destacó que esta séptima edición que concluirá mañana ha hecho que el ECOS “eche raíces y empiece a florecer”
• Flutes & Frets serán los encargados de cerrar la programación en el Estrecho de la Arboleja de Aledo
Sábado, 9 de septiembre de 2023
El ECOS Festival Internacional de Música Antigua de Sierra Espuña tiene en su ADN promover el talento joven, sirviendo como sede de artistas de toda Europa para impulsar sus carreras y conectar música, patrimonio, naturaleza y cultura. Esta séptima edición tuvo ayer, en el entorno de La Santa de Totana, una representación de su capacidad para servir como primer escenario de ensembles prometedoras que se abren al mundo con su propia percepción de la música antigua. Así sucedió con The Gardeners, compuesto por músicos procedentes de Alemania, España, Francia, Turquía y Argentina, que unieron ayer su talento para ofrecer un espectáculo aplaudido y valorado por el público.
Ya abrieron camino hace siete años Cantoría y Anacronía, cuyas semillas se plantaron en este Festival y han germinado por los más de 13 países en los que están presentes. Ayer, The Gardeners siguió el ‘eco’ de estos grupos residentes para estrenar su programa ‘Un jardín: Cultivando entre eras y espacios’, con el que hacían alusión a su nombre. “Es la primera vez que lo tocamos y estamos muy emocionados de estar aquí con este jardín, porque cultivamos cada pieza, la mimamos y le damos cariño para presentaros este ramo de flores musical”, indicaba Mireia Peñalver (viola da gamba).
Junto al talento de Santiago Gervasoni (clave y Dirección), Çiğdem Tunçellim (violín), Maïlis Bonnefous (violín) y Neo Gundermann (tiorba), hicieron que la “energía y la música vibren”, tal y como matizó el director del Festival, Jorge Losana. La abertura ya invitó a subir el ánimo con una chacona de Marin Marais (1656-1726). “Es una pieza de amor clásica del siglo XVIII que fue el hit de la ópera de aquella época, como una canción del verano, que cuando la tocaba la ópera la gente se volvía loca, así que consideramos que era una buena abertura”, indicó Mireia al finalizar esta pieza que parecía transportar a un día de sol en plena naturaleza con dinámicas capaces de moldear el estado de ánimo.
En su meta de transmitir lo que sienten como ensemble cuando se encuentran para hacer música desde tantos países diferentes, empezó a sonar la Sonata X de Dario Castello (1602-1631), un personaje “particular” del que se conoce poco de su vida, pero que se sabe que fue “un genio que murió muy joven y publicó dos libros en Venecia”, indicó Santiago. Esta obra, la más dramática del autor, enmudeció a los asistentes, que tenían el Santuario de Santa Eulalia iluminada de fondo para disfrutar de la belleza del entorno.
Fue justo el director de The Gardeners quien mostró su destreza al clave con dos composiciones propias. La primera de ellas cogió otra pieza de la primera ópera del programa, improvisó sobre ella y la estiró para que el público pudiera profundizar más en la música, invitando además a cambiar el lenguaje con la integración de matices más modernos. De ahí, Francesco Geminiani (1687-1762) apareció con su música en escena, un italiano que consiguió inspirarse de la estética de Irlanda y agarrar su esencia, y cuyo legado musical llegó anoche hasta el Territorio Sierra espuña.
“Hemos sido testigos del nacimiento de un grupo joven que se prueba en el escenario”, indicó Losana, que elogió cómo el ensemble asumió el reto de actuar en este festival y mostrar “su autenticidad para hacer magia”.
Una simbiosis que echa raíces
El ECOS Festival de Sierra Espuña pone rumbo a su final, en una séptima edición “muy especial que da la sensación de consolidación, de que el Festival ha echado raíces y empieza a florecer”, tal y como indicó Losana, poniendo en valor la simbiosis que permite compartir música antigua en entornos de aquella época “que vuelven a resonar y cobrar sentido con esta música”.
“El ECOS Festival está en consonancia con el entorno”, matizó el alcalde de Totana, Juan Pagán, que quiso resaltar la labor que se hace desde el Territorio Sierra Espuña, “una zona privilegiada” en la que se asienta esta iniciativa, y que animó a seguir promocionando para que se conozca.
El Festival viaja ahora a Aledo, donde dará por finalizada su séptima edición con la música de Flutes & Frets. “El ECOS se ha convertido en un referente y en un fijo para las poblaciones, y todos lo esperamos ansiosos y expectantes”, indicó ayer el alcalde de Aledo, Javier Andreo, resaltando que en el Estrecho de La Arboleja, escenario del Festival, “se reúnen las condiciones para disfrutar del patrimonio natural y de un gran talento musical”. “El Festival ha ido madurando con muy buen acierto, como también es un acierto que la Mancomunidad haya apostado por él, porque es la manera de aunar todas las poblaciones con el eje de Sierra Espuña”, concluyó el primer edil.