De Javier García López podemos decir que es Doctor en Comunicación por la Universidad de Murcia, que es Licenciado en Publicidad y Relaciones públicas y Máster Universitario en Crítica y Argumentación Filosófica, Especialista en Epistemología y Gnoseología y Especialista en Comunicación Institucional y de la Empresa y así podríamos seguir hasta hacer una larga lista de titulaciones que lo acompañarán siempre y seguro que se unirán otras más. Sencillamente se trata de conocer a Javier y sus confluencias porque, aunque no lo parezca son dos personas diferentes que unidas o más bien en simbiosis la una con la otra lo forman a él.
La historia comienza en el año 1981 con su nacimiento, hijo de Antonia la Comina y Pepe el Lechero también conocido por otros apodos dependiendo del oficio que estuviera desempeñando. De familia alhameña, sencilla, preocupados por la educación de sus hijos, pero bueno con Javier estaba resuelto, siempre ha sido un chico muy estudioso y de hecho lo sigue siendo. Al finalizar el instituto Damián Tarancón y Ramón Viejo le alentaron para que entrara en Económicas puesto que se le auguraba un buen futuro en esta materia. Oh sí, después de un año la cosa no estaba tan clara y las matemáticas confusas. Lo dejó y optó por entrar en Publicidad y Comunicación a todos los niveles o casi y a partir de ese momento el mundo universitario y en especial la Docencia ocupó parte de su tiempo. Estudiar, ampliar conocimientos, investigar, publicar en revistas especializadas, escribir capítulos en libros de autores relacionados con sus conocimientos, ser él mismo autor de cuatro libros. Todo esto unido a sus trabajos en diferentes estamentos porque no sólo de estudiar vive el hombre, lo han llevado hoy en día a volver a su pueblo para trabajar como un humilde profesor de universidad, así se define el propio Javier, humilde en su confluencia académica contada a grandes rasgos porque se diversifica y mucho.
Cuando Javier tenía 9 años, acompañó por casualidad a un amigo a la Escuela de Música. Aquel simple acto supuso al instante toda una revelación, quedó claro que la música iba a formar parte de su otra confluencia, la creativa y sensible. Se le abrió un mundo hasta ese momento desconocido. De acuerdo, las matemáticas se hacen presente mucho antes de entrar a Económicas, pero estas son bien distintas, no son confusas, se tocan, se escuchan y lo mejor, se sienten. Aprendió a tocar la trompeta y el piano, además, estar en la escuela de música era una forma de relacionarse socialmente, una manera de hacer familia y que le ha llevado a estar con ellos la otra parte de su vida. Hubo viajes, participaciones en concursos de bandas, los ensayos, los conciertos de Semana Santa, Santa Cecilia, Navidad, su etapa en la Escuela de Música fue rica en todos los sentidos, no sólo como miembro de la banda sino más tarde como presidente de la misma. Durante ese período de tiempo tuvo muchas alegrías, pero también hubo que sortear obstáculos, pero no insalvables, solo hay que escuchar, mediar, debatir, consensuar y llegar a acuerdos para que todas las partes saliesen lo más beneficiadas posible. Se trata de una gran familia y la convivencia a veces tiene sus roces. Javier apela a su sensibilidad para con las necesidades de los demás e intentar que todo el mundo salga ganando. Como lo hizo el pueblo de Alhama cuando su fiesta de los Mayos fueron designados Fiesta de Interés Turístico Nacional. Javier mostró su naturaleza sencilla, sensible, creativa y académica para que se nos diese el premio como por arte de magia, pero en el que no faltó el trabajo y el tesón. Lo dio todo porque era así y ya está sin pedir nada, sin exigencias de ningún tipo, nada.
Esta es la historia de un chico con vaqueros y camiseta de Batman, sencillo, simple, humilde, amante del cine y de sus bandas sonoras y a su lado se encuentra el otro chico, el curioso, el que está en continuo aprendizaje y desarrollo, que tiene en la mente escribir un nuevo libro, continuar el día a día de la Escuela Municipal de Música, coger la trompeta un día y tocar con su banda, y seguir siendo el total de la suma de lo académico y lo creativo. Líder, mediador, tímido, siempre en segundo plano. ¿Uno en dos o dos en uno?