El director del IMIDA destaca que la Región podría aumentar su producción de esta variedad si consiguen los calibres que demandan los consumidores y se buscan los canales de comercialización adecuados
La variedad que más se cultiva tradicionalmente en la Región dentro del grupo de las naranjas sanguinas es la Sanguinelli, que es de buena calidad, pero adolece de falta de calibre
Los ensayos realizados por el IMIDA con la variedad Sanguinelli plantada sobre patrón Citrus macrophylla, han dado hasta ahora buenos resultados
La Consejería de Agricultura y Agua, a través del Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Alimentario (IMIDA), desarrolla un proyecto de investigación para mejorar la producción de naranjas sanguinas y adaptarla a las demandas de los consumidores, que prefieren frutos de buen calibre y de color rojo intenso.
El director del IMIDA, Adrián Martínez, destacó que “la Región de Murcia podría aumentar su producción de naranjas sanguinas si conseguimos los calibres que demandan los consumidores y buscamos los canales de comercialización adecuados”.
En este sentido, apuntó que “en el término municipal de Lorca hay plantaciones muy productivas. Sin embargo, en la zona de huertos tradicionales de Mula, que en otro tiempo ofreció una buena producción de esta variedad, actualmente el cultivo está en retroceso debido, entre otras razones, al carácter minifundista de la propiedad de la tierra”.
El Banco de Germoplasma del Instituto Valenciano de Investigación Agraria (IVIA) cuenta con 12 variedades de naranjas sanguinas que presentan distintas coloraciones, que van desde el naranja-rojo suave hasta el más intenso que llega a ser casi púrpura. Según el investigador y jefe del departamento de Citricultura y Calidad Alimentaria del IMIDA, Ignacio Porras, la variedad que más se cultiva tradicionalmente en la Región es la Sanguinelli, que es de buena calidad, pero adolece de falta de calibre.
Los ensayos realizados por el IMIDA con la variedad Sanguinelli plantada sobre patrón Citrus macrophylla, han dado hasta ahora buenos resultados: los árboles no presentan problemas de floración, ni de cuaje y consiguen buenas producciones, buen color y buen calibre. Este último, sin embargo, no debe ser excesivo, porque en ese caso se ha comprobado que la naranja tiende a secarse por dentro.
Respecto a la coloración, Ignacio Porras destacó que el factor más determinante es el frío. El fruto adquiere su máxima coloración entre los meses de febrero y marzo. Por lo tanto, sería viable el cultivo de Sanguinelli en las zonas frías de la Región, pero sin riesgo de heladas. De esta forma se conseguirá que el patrón tenga un buen comportamiento y que el color de la naranja sanguina sea rojo intenso y de buen calibre, que es lo que demanda el mercado.
Antocianos
La presencia de antocianos es responsable de la coloración de las naranjas sanguinas. El departamento de Citricultura del IMIDA está estudiando, junto con la Universidad de Murcia, cómo aumentar dicha presencia en los frutos, ya que a los antocianos, junto a los flavonoides, se les atribuyen propiedades antioxidantes y beneficiosas para la salud. Estos compuestos se asocian a una reducción en la incidencia de las enfermedades cardiovasculares y del riesgo de ciertos tipos de cáncer, lo que representa un valor añadido.