Un artículo de opinión de Eliana Márquez
No tiene sentido, y es una incoherencia, cerrar el ocio nocturno y mantener abiertos los clubes de alternes y prostíbulos de nuestro país.
Así las cosas, la ministra de Igualdad, la señora Irene Montero, insta a todas las comunidades autónomas a cerrar los prostíbulos y locales de alterne, por su peligrosidad potencial de positivos de difícil rastreo. Lógico y coherente.
Pero ¿qué ocurrirá con todas las personas trabajadoras de este sector?
Les recuerdo a propios y extraños, que, en este sector de nuestra economía, donde las personas que ejercen este trabajo en su mayoría son mujeres, sin papeles, sin otra alternativa económica y habitacional.
El pasado mes de marzo, cuando nos vimos envueltos en el primer confinamiento, miles de mujeres se quedaron encerradas en los prostíbulos. Los proxenetas en algunos casos las abandonaron a su suerte y otros las mantuvieron, aumentando así la deuda contraída con ellos.
Si este grupo de mujeres no trabaja…
¿De qué van a vivir?
¿Quién mantendrá a sus hijos y familiares a su cargo?
Cabe ahora mencionar que las personas que ejercen de “Trabajadoras sexuales” no tienen derecho al paro, ni acceso a ayudas, ni ERTE.
Porque no están reconocidas como personas trabajadoras.
En España a fecha de hoy se cree que hay entre 300.000 y 500.000 mujeres ejerciendo como “Trabajadoras sexuales”, cifra aproximada ya que ni siquiera se conocen datos fidedignos.
¿No creen ustedes que cerrar prostíbulos y locales de alterne debería ir acompañado de otras medidas de reinserción y protección, para ese gran número de “mujeres fantasmas” y digo “mujeres fantasmas” ya que para muchos no existen, que a fecha de hoy se encuentran en la calle, totalmente desprotegidas?
Desgraciadamente la prostitución se seguirá ejerciendo en la clandestinidad, condenándolas así, no solo a la desprotección social, sino también sanitaria ante el virus.
Las señalaremos también como foco de contagio cuando en la mayoría de los casos solo intentan sobrevivir.
Señora Ministra de Igualdad, 500.000 mujeres a la deriva.