Dentro de los actos conmemorativos e institucionales por el día Internacional por la Violencia de Genero, alumnas del CC Azarque, en representación de su comité, leyeron el siguiente manifiesto:
Hoy vamos a hablar de un tema que, un año más, no hemos podido solucionar como sociedad. Nos referimos a la Violencia de Género. Como cada 25 de noviembre venimos a defender nuestros derechos pero, sobre todo, darle voz a todas esas mujeres que ya no están con nosotros o que tienen miedo a denunciar que sufren esta horrible lacra.
Uno de los principales temas sobre los que se debería hablar más y buscar soluciones de manera inmediata es el de la desigualdad salarial. ¿Por qué una mujer que realiza el mismo trabajo que un hombre cobra un salario menor? Es una pregunta que muchas nos hacemos (por más que intentemos comprenderlo nos es imposible) ya que nos encontramos, como no, ante otra muestra de machismo. Además, lo más vergonzoso es que en esta época se sigue permitiendo la desigualdad salarial en miles de trabajos, pese a que luego muchas personas se ponen una medalla por su supuesto apoyo a la igualdad y al feminismo. Mentiras en realidad, ya que no hacen nada para cambiar esta situación.
Hoy queremos acordarnos especialmente de las víctimas de la violencia vicaria, como las niñas Ana y Olivia, que fueron asesinadas por su propio padre para vengarse de su madre por haber terminado su relación y seguido su camino con otra persona. Consideramos algo terrorífico y enfermizo hacerle daño a una persona a la que has querido, o supuestamente quieres, de esta forma ¿por qué hay que hacerle daño a una criatura que nada tiene que ver? Es una pregunta que bastantes personas nos hacemos cuando vemos cualquier noticia sobre este tema, tan desgarrador que no encontramos las palabras para describirlo. Otro caso de violencia es el que ha sufrido Rocío Carrasco, hija de Rocío Jurado y expareja de Antonio David Flores. A esta mujer se la ha estado juzgando durante veinte años por, en palabras de su expareja, abandonar a sus hijos y no interesarse por ellos. Sin embargo, la realidad es que era él el que ponía a sus hijos en contra de Rocío para que no quisieran estar con ella ¿cómo puede un ser humano llegar a hacer esto? Este último ejemplo nos sirve para afirmar que la violencia de género nos afecta a todos, independientemente de nuestra raza, religión, sexo, riqueza o popularidad.
Es imprescindible que hablemos hoy también de la violencia psicológica. Muchas veces es el preludio de la violencia física y, por supuesto, tiene graves consecuencias para la víctima. Toma la forma de hostigamiento verbal a través de insultos, críticas hacia todos los aspectos de la vida, comentarios hirientes y humillaciones, además de otras actitudes como ridiculizar a la víctima, aislarla, hacerla sufrir a través de los celos del abusador y con actitudes posesivas. Desde nuestro punto de vista, esta es una de las violencias más fuertes, ya que las víctimas llegan a desarrollar depresión, ansiedad, complejos y son empujadas al suicidio. Es un tema muy complejo y da mucho que pensar porque, si no lo sufres, nunca podrás llegar a imaginar lo que siente una víctima. Cualquiera puede ser víctima de este tipo de violencia, como cualquier adolescente que conoce a alguien y cree, ilusionada, que es el amor de su vida. Pero más adelante, ya como adulta, se da cuenta de que ha crecido interiorizando el estereotipo de una pareja perfecta, donde él juró hacer cualquier cosa por amor a ella y ese fue, precisamente, el problema. Primero empezó a controlar su horario, y se acostumbró a revisarle el móvil, criticaba continuamente lo que hacía e intentó alejarla de su entorno. Muchas adolescentes y mujeres forman parte de ese 33% que cree que los celos y el control son una muestra más de amor. Hoy, nosotras debemos distinguir qué es amar realmente.
Queremos terminar con un tema tan difícil como las agresiones sexuales, tantas veces ocultadas. Hoy queremos visibilizar las que sufrimos las menores de edad, sobre todo cuando somos tan jóvenes que no sabemos ni lo que está pasando. Estos crímenes toman mayor gravedad si cabe cuando son cometidos por familiares o personas próximas a nosotros que deben, en teoría, cuidarnos y protegernos. Para terminar, queremos recordar a las 48 mujeres que murieron víctimas de la violencia de género en 2022 y a las 38 que llevamos a 25 de noviembre de 2022, siguen siendo demasiadas. Por ellas, seguiremos luchando para que esta lacra social termine.
Manifiesto contra la Violencia de Género
25 de noviembre 2022
Colegio Azaraque