Valoración del Pleno de febrero del GM Partido Popular de Alhama
«En el pleno ordinario de Febrero hemos asistido a la enésima confirmación de la ineptitud del gobierno socialista para nada que no sea aplastar con el rodillo cualquier tipo de iniciativa o interlocución con los vecinos o el resto de concejales electos.
La decisión más importante y calamitosa del pleno, aprobada en solitario por el PSOE con el voto de calidad de Antonio García en calidad de teniente alcalde, fue la de aprobar el gasto del remanente acumulado desde el año 2012 gracias a la ley de Estabilidad Presupuestaria, aprovechando que se han eliminado temporalmente las restricciones legales al uso de dichas reservas por motivo de la situación extraordinaria creada por la Pandemia.
Por motivo, o como excusa , puesto que las inversiones y gastos a los que se pretende dedicar más de seis millones de euros del ahorro municipal no tienen nada que ver con la asistencia a los vecinos o el apoyo a la hostelería, pequeño comercio y sectores más damnificados en el último año, sino que, por el contrario, van a dedicarse a tapar la falta de operatividad del equipo de gobierno que les hizo perder el convenio con el que El Ciruelo se comprometía a pagar el famoso pabellón del Praico (1.400.000 euros que van a salir íntegros de las arcas del pueblo, cuando no sigan aumentando en vista de los nuevos descubrimientos en el solar), o inversiones tan interesantes como realizar un recinto ferial nuevo por 500.000 euros, cuando ya se dispone de uno operativo.
Si alguien esperaba que se aprovechara el superávit de las cuentas municipales para disminuir los impuestos que soportan los vecinos, para condonar los de la hostelería durante al menos este año, o para algún tipo de inversión que pudiera mejorar las expectativas económicas y laborales de los alhameños, andaba muy despistado, puesto que no es ese el estilo del partido socialista.
Ante esta calamidad anunciada, el hecho de que la moción que llevábamos como Partido Popular al Pleno, en la que planteábamos la necesidad de luchar por el reconocimiento de la matanza tradicional del cerdo como patrimonio cultural inmaterial, y aprovechar su importancia local para implantar en Alhama una escuela de matachines tradicionales, fuera ninguneada, malinterpretada y vilipendiada sin ningún tipo de rigor, palidece fuertemente. Menudencias, vamos».