- Se ha detenido a los nueve integrantes del grupo delictivo a los que se les atribuye la presunta autoría de los delitos de pertenencia a organización criminal, robo con fuerza y daños
- También se ha investigado a tres responsables de chatarrerías de Murcia por delito de receptación
- Hasta el momento se ha esclarecido más de una veintena de delitos en Murcia, Alicante, Albacete y Pontevedra
02 de septiembre de 2020.
La Guardia Civil ha desarrollado en Murcia y Alicante la operación ‘Cobrecu-Memo20’, que se ha saldado con la desarticulación de un grupo criminal integrado por nueve personas y dedicado a la sustracción de cable de cobre. Además se ha investigado a otras tres personas, responsables de centros de gestión de residuos metálicos, por receptar objetos sustraídos.
Tras la operación, que se encuentra enmarcada en el ‘Plan contra el robo de cobre’, hasta el momento se ha esclarecido más de una veintena de hechos delictivos cometidos en Murcia, Alicante, Albacete y Pontevedra.
La operación se abrió a principios de año tras detectar un considerable aumento de robos con fuerza en Murcia y Alicante en los que se sustraía cable de cobre. Estos robos se materializaban en zonas aisladas donde los autores previamente habían estado realizando labores de vigilancia y conocían perfectamente las características de las mismas, lo que les permitía establecer unas férreas medidas de seguridad y planificar los lugares de ocultación del cobre sustraído.
Los primeros pasos de la operación permitieron constatar que tras los robos investigados se encontraba un grupo delictivo estructurado, jerarquizado y asentado en Murcia, donde su líder, además de dirigir sus actuaciones ilícitas, realizaba personalmente todas las labores de planificación.
Por su modus operandi se comprobó que el grupo delictivo estaba perfectamente sincronizado y que sus integrantes contaban con todos los conocimientos, medios, logística y experiencia necesaria para llevar a cabo este tipo de hechos delictivos.
Escaladas para robar el cobre
Una vez determinada la viabilidad del robo, los miembros del grupo criminal escalaban por los postes –utilizando trepadores– hasta llegar a la altura donde se encuentran los cables, unos 5 o 6 metros, donde cortaban en los extremos del tramo que tenían previsto sustraer.
Cuando se daban las condiciones de seguridad necesarias para continuar con la ejecución del robo, tras realizar los cortes del cableado tiraban de de cada uno de los extremos hasta que conseguían descolgar todo el tramo.
Cuando el cableado se encontraba en el suelo utilizaban lugares cercanos, que previamente habían sido localizados, para esconder temporalmente su botín y así evitar ser sorprendidos. Unos días después lo recogían y trasladaban con vehículos de grandes dimensiones hasta otras zonas aisladas donde el cableado era quemado: proceso habitual para separar el hilo de cobre de su envoltorio plástico. Finalmente, el cobre era comercializado ilícitamente en chatarrerías del municipio murciano.
Aunque la operación se inició por la comisión de robos de cableado de cobre, según avanzaba la investigación los guardias civiles constataron que los integrantes del grupo delictivo también estaban especializados en la comisión de robos con fuerza por el método del butrón en comercios de telefonía, donde en un breve espacio de tiempo, sustraían gran cantidad de terminales que, posteriormente, vendían tanto en comercios de venta de productos de segunda mano como a particulares.
Tras ubicar a todos los integrantes del grupo delictivo y una vez obtenidos todos los indicios necesarios, previa autorización judicial, la Guardia Civil desarrolló la fase de explotación de la operación, con un dispositivo compuesto por más de una veintena de agentes, en el que se efectuó la entrada y el registro del inmueble en la capital murciana donde residía la mayoría de los sospechosos.
El registro se saldó con la detención de siete de los integrantes del grupo delictivo, incluido su cabecilla, y la incautación de cinco vehículos y gran cantidad de herramientas que utilizaban en el desarrollo de la actividad delictiva, así como la recuperación de gran cantidad de terminales de telefonía móvil y tabletas supuestamente sustraídas.
La fase de explotación de la operación culminó con la realización de minuciosas inspecciones en tres centros de gestión de residuos metálicos –chatarrerías– del término municipal de Murcia, en los que presuntamente el grupo delictivo ahora desmantelado comercializaba ilícitamente el cobre sustraído. Los tres responsables de las mercantiles han sido investigados y se les ha instruido diligencias como presuntos autores de delito de receptación.
El dispositivo de búsqueda establecido por la Guardia Civil sobre los dos sospechosos restantes ha culminado, durante los últimos días, con su localización, detención y posterior puesta a disposición judicial.
El exhaustivo análisis de la información obtenida durante la investigación ha permitido a la Guardia Civil esclarecer y atribuir al grupo delictivo desmantelado, hasta el momento, 20 delitos de robo con fuerza, de los cuales 17 corresponden a la sustracción de cable de cobre y tres a robos con fuerza en comercios de telefonía, superando los 100.000 euros el valor de los sustraído y los daños causados. También se han esclarecido tres delitos de receptación.
Los detenidos –de nacionalidad rumana, residentes en Murcia y con antecedentes por la comisión de delitos similares–, los efectos recuperados y las diligencias instruidas han sido puestos a disposición del Juzgado de Instrucción de Orihuela (Alicante).
La investigación ha sido dirigida por guardias civiles de la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la 5ª Zona (Murcia) y del Equipo ROCA (contra robos en el campo) de Torrevieja (Alicante), que han contado con el apoyo de otras unidades de la Benemérita durante el desarrollo de la operación.