Por José Baños
Cualquier espacio geográfico presenta un conjunto de huellas, que el paso del tiempo, va integrando en un paisaje de gran diversidad ambiental. Un recorrido sobre el mismo, nos ofrece una serie de “miradas” que inciden sobre distintos elementos de interés histórico, artístico, natural…etc. del presente y del pasado, que han sido obra de las distintas generaciones de personas con sus formas de vida, sus necesidades, sus manifestaciones religiosas y creencias…, es decir todo lo que ha servido para identificar ese espacio.
Llegamos a una Iglesia situada al pie del cerro de La Molata y es el último domingo del mes de abril, de cualquier año. Su fachada, de color almagra con los recercos de la puerta en blanco, nos recuerda los colores de las cúpulas de las algibes diseminadas por toda la zona, y que explicaban la pervivencia humana en esta amplia zona de secanos y de cañadas.
La antigua ermita debió construirse en el siglo XVIII cuando hay una reorganización del tejido religioso en la diócesis de Cartagena. Es la única que permanece abierta al culto, actualmente, en la pedanía de Las Cañadas. En 1820, la declaración que se realiza sobre los bienes de las ermitas, figura la de La Molata con 16 fanegas de tierra que producen 80 reales de vellón, siendo el administrador D. Pascual Confite de Alcantarilla. Las siguientes noticias que tenemos sobre ella corresponden a su bendición el 16 de junio de 1857, ensanchándose longitudinalmente más tarde, por decreto del obispo de la Diócesis D. Francisco Landeira y Sevilla con fecha de 6 de septiembre de 1867 y fue bendecida, de nuevo, el 9 de febrero de 1868. En 1908 se convirtió en la cabeza de la Rectoría y en 1924, fue construida la torreta o espadaña por el maestro alhameño D. Pedro Díaz, colocándose en ella la nueva campana que se estrenó con los toques a la Misa de Gallo del día de nochebuena de dicho año. La actual campana de bronce es del año 1945 y fue fundida por el fundidor Juan Bautista Roses. Lleva impreso el nombre de María de La Cabeza y su restauración fue financiada por los vecinos de la pedanía en el año 2014
Un sol radiante y un cielo azul, nos saludan, ¡menos mal! porque otros años se había presentado nublado. La misa es a las 12 de la mañana y el coro rociero “Aromas del Rocio”, nos acompaña desde hace varios años, en la celebración religiosa de la iglesia donde la gente se va acomodando en su interior; es pequeña y mucha gente lo sabe, por eso llega con tiempo. La imagen de la Virgen luce sobre su trono engalanado con adornos florales que, como cada año, cuida con esmero Simón García; la imagen procesionará con su vestido de damasco blanco que contrasta con el manto rojo bordado junto a las flores.
En la iglesia ya no cabe ni un alfiler y el atrio también está a rebosar, cuando el coro inicia la primera canción que dará comienzo a la misa. Al finalizar la misma ya está en la puerta, preparada, la banda de la Agrupación Musical de Alhama de Murcia que, a la salida de la Virgen, inicia el himno nacional hasta subirla a hombros.
La imagen de Nuestra Sra. La Virgen de la Cabeza se alza a hombros en el azul del cielo. Esta imagen sustituye a una más antigua del escultor totanero Juan José Díaz Ortega que importó la cantidad de 600 reales y de la que sabemos que fue restaurada por la escultora Carmen Sánchez Gines, hija de famoso escultor Francisco Sánchez Araciel, bendiciéndose de nuevo el 20 de septiembre de 1925.
La imagen que se conserva en la actualidad fue adquirida a principios de los años cuarenta y es una magnífica talla de madera policromada, con peluca de pelo natural que fue donado por vecinas de Las Cañadas. Es de las imágenes llamadas «de devanadera» o imágenes para vestir, con lo cual solamente se talla de cintura para arriba y su parte inferior se componía de tablas para apoyar sobre la peana o pié. Está vestida con túnica y manto sobre los hombros, sosteniendo en su brazo izquierdo una imagen del niño Jesús graciosamente vestido, y en el derecho porta un cetro que junto con la corona simboliza la realeza.
A principios del año 1989, el escultor alhameño Simón López Sevilla restauró las grietas de la cabeza y el deterioro del policromado, realizando asimismo la parte inferior del cuerpo, los pies tallados en madera y la media luna como complemento. La imagen, que se había policromado de nuevo, saldría ese año en la procesión de su fiesta el día 30 de abril de 1989.
Es un día especial para los vecinos de Las Cañadas con un recorrido por los campos inmediatos a la iglesia, portando a hombros la venerada imagen. Todo el mundo participa en la procesión, feligreses, vecinos y visitantes, que tienen la ocasión de rezar, llevarla en sus hombros, pedirle las lluvias necesarias o cumplir sus promesas.
El salón de La Molata, como centro emblemático de la pedanía, acoge a todos los vecinos para celebrar una importante comida de convivencia con una paella gigante para disfrutar de la amistad y la generosidad compartida de todo. Fiesta, religiosidad, cultura y tradición se unen, para hacer de este último domingo de abril un día especial en la pedanía de Las Cañadas.
Os dejamos las actividades festivas que fueron presentadas por el concejal de Pedanías, Antonio García, el pedáneo, José Antonio García Mendoza, y el presidente de la Asociación de Vecinos, Francisco Robles